Capítulo 3
Por Santiago Navarro
TEORIAS DE LA NOMENCLATURA DE LA PALABRA “FLAMENCO” Y DE SUS INICIOS
Al igual que el origen del flamenco plantea varias teorías, etimológicamente la palabra “flamenco” también. Existen varias hipótesis. La más difundida es la que defendió Blas Infante –padre de la Autonomía andaluza-, en su obra “Orígenes de lo flamenco”. Según él, el flamenco, derivaría de dos términos árabes, que son “Felah-Mengus”: “campesino errante”.
Otra teoría, curiosa y que no ha tenido muchos adeptos, es la de que flamenco se denominaba a un cuchillo o navaja. Pero esta hipótesis no ha llegado a tener mucha trascendencia; al igual que la que decía que el nombre se le debía al ave llamado flamenco. Según Rodríguez Marín, esta idea del origen el ave, estaría justificada en que los cantaores vestían chaqueta corta. Eran altos y con la cintura quebrada; pareciendo así a esta ave zancuda.
Tampoco se ha comprobado la teoría de Hipólito Rossy y Carlos Almendro, donde se afirmaba que el término «flamenco», se debe a la música polifónica de la España del siglo XVI, que se acrecentó con los Países Bajos (Flandes). Esta teoría ha tenido varios defensores; como el viajero romántico George Borrow o Hugo Schuchard, entre otros. Según estos últimos escritores, antiguamente se pensaba que los gitanos tenían procedencia germana, y por eso se les llamaba flamencos.
Pero aún hay otras dos hipótesis muy interesantes: Antonio Machado, decía que “los gitanos llaman gachós a los andaluces y estos a los gitanos los llaman flamencos”, sin que sepamos cual es la causa de esta denominación. Manuel García Matos, afirmó que el flamenco procedía del argot, que finales del siglo XVIII e inicios el XIX, daba nombre a todo lo ostentoso, fanfarrón o pretencioso.
Como es sabido, la palabra flamenco se atiene a distintas significaciones. Lo mismo puede designar un ave zancuda palmípeda, un habitante de cierta región del Norte de Europa, Flandes, un cante, baile o toque, e incluso, una actitud: ponerse flamenco.
En esta ocasión vamos a atenernos sólo al origen de dicho vocablo como designador de una manifestación artística músico-vocal, al baile como respuesta a la misma y al toque como acompañamiento.
Es cierto que melódicamente el flamenco, de forma especial en lo que atañe a los cantes de Andalucía Oriental –malagueñas, granaínas, tarantas…-, tiene mucho que ver con la música árabe o, por lo menos, norteafricana. No en vano los distintos llamados ‘palos’ del cante no son más que recreaciones de cantares del folklore andaluz; de un folklore totalmente entintado de arabismos, como consecuencia de ocho siglos de dominación musulmana de Al-Andalus. Pues muy mal oído hay que tener para no percibir los ecos del fandango local de Lucena en una de las formas de taranto de Almería, o los del estribillo de una especie de cuplé que solía cantar Concha la Peñaranda en la malagueña que lleva su nombre.
Pero el flamenco no es sólo melodía; es también compás, sentimiento amordazado, ecos primitivos…En mi opinión, sólo el poeta Félix Grande, como resultado de una muy seria investigación, ha dado en el quid de tan traída y llevada cuestión.
Según él, flamenco significaría cantares propios de los gitanos andaluces. Pero no porque los importaran desde su lugar de origen: una región de la India denominada El Punjap; sino debido a ciertos acontecimientos históricos que los convirtieron en un pueblo errante que acabó por hacerse sedentario en Andalucía.
Sostiene Félix que, habiendo sido los gitanos andaluces, por cuestiones de racismo puro y duro, reducidos a las llamadas gitanerías establecidas en algunas ciudades del sur de España –Triana, El Sacromonte granadino, Barrio de Santiago de Jerez y otros-, auténticos guetos de los que no se les estaba permitido salir después de la puesta del sol, una prohibición cuya infracción suponía severísimos castigos, como flagelaciones, corte de orejas y demás. Y, por añadidura, de vez en cuando tuvieron que sufrir sangrientas incursiones de las fuerzas del orden (¿?) como represalias de no se sabe qué. Una de ellas fue evocada por Federico García Lorca, el mártir granadino que se ha olvidado incluir entre los beatificados, en su célebre “Romance a la Guardia Civil española”:
No obstante, siempre según Félix, bajo los reinados de los dos últimos Felipe de Austria, a los gitanos varones de edad de entre 18 y 40 años, en varias ocasiones se les permitió abandonar las gitanerías, bajo condición, eso sí, de enrolarse en los Tercios de Flandes.
Los pocos que regresaban de allí con vida, si bien casi siempre lisiados o demasiado viejos para poder entrar en combate, eran portadores de una cédula en la que aproximadamente se leía: “Por los servicios prestados al Rey Nuestro Señor, le está permitido andar libre por todos nuestros reinos”, o algo así.
En un principio, para distinguirlos de los que permanecían en el gueto, se les llamó gitanos de Flandes, y más adelante los flamencos a secas, y cante flamenco –o de los flamencos- a lo que cantaban, y baile ídem a lo que bailaban, ya desarraigados de lo folklórico propiamente dicho.
A mediados del siglo XVIII, en virtud de una pragmática de Carlos III, las gitanerías fueron abolidas como tales. Y así frecuentemente, a todo lo largo y ancho de Andalucía, a todos los gitanos, ya libres, se les llamó Flamencos. Todavía en la actualidad, en algunos lugares de Andalucía, los gitanos suelen llamarse a sí mismos flamencos, independientemente de que gusten o cultiven el arte llamado así.
Sólo a mediados del siglo XVIII, fue cuando algunos no gitanos (payos), empezaron a interesarse por este arte, tenido hasta entonces poco menos que por maldito, habiéndoselo tomado tan en serio, que a ellos se debe en gran medida la elaboración definitiva de los diferentes palos. Y se da incluso la casualidad de que el primer cantaor no gitano de nombre conocido, un tal Silverio Franconetti, era hijo de padre italiano y madre andaluza.
Andalucía, origen inequívoco del flamenco, es un pueblo viejo, quizá el más antiguo de Occidente, por eso conserva su idiosincrasia trimilenaria si nos referimos a Cádiz. Somos un pueblo que asimilamos con una facilidad pasmosa la integración de las distintas culturas invasoras en la historia de todos los tiempos. Esto ha facilitado que nuestro folclore se enriquezca hasta el punto de encontrar claramente connotaciones musicales de diferentes culturas en nuestras manifestaciones musicales flamencas.
Ya comenté en el capitulo primero, mi desacuerdo con el nacimiento del flamenco en el tercer tercio del siglo XVIII. Basándonos en información escrita y fidedigna, haremos un aporte de luz aclaratoria a las teorías de muchos escritores de temática flamenca sobre los inicios de este arte.
Uno de los datos informativos que justifican la existencia del flamenco antes de finales del siglo XVIII, está contemplado en la literatura española en varias de sus manifestaciones escritas, a las cuales vamos a hacer referencia para aportar el máximo de información a la hora de sacar conclusiones sobre los inicios de nuestra joya musical andaluza.
Una manifestación escrita que sin duda tiene que ver con los inicios del flamenco, es la existente en la obra “La Gitanilla” de Don Miguel Cervantes Saavedra, dentro de las novelas ejemplares, que se editó en 1613. La protagonista es, una chica a la que llamaban “Preciosa” perteneciente a una tribu de gitanos. Esta persona junto con un grupo de congéneres baila los bailes típicos de la época como son la Zarabanda, la jácara, corridos gitanos y la seguidilla. Estos cantes y bailes son los precursores de los romances, jaleos y fandangos. Los gitanos se apropian de cantares de nuestro folclore y claramente los hacen suyos aflamencándolos por decirlo de alguna manera. ¿Como se justifica que más de 170 años antes del inicio teórico del Flamenco, existan estas manifestaciones cantoras?
Otra evidencia que tendría que ver también con el proceso de formación del flamenco, surge en 1740. Un libreto escrito por un Señor apodado Bachiller Revoltoso, de nombre, Jerónimo de Alba Diéguez, en el que se cuenta que la nieta de Baltasar Montes (el gitano más viejo de Triana) iba a bailar a casa de los nobles Sevillanos los cantes y bailes de propios de Gitanos.
Un nuevo texto referente a la iniciación del flamenco aparece a principios del siglo XVIII en un libro que se titula “Cartas Marruecas” del Gaditano José Cadalso. Se trata de un ejemplar de contenido epistolar, en el que se intercambian cartas tres sujetos, donde el tema central es contar lo sucedido en una fiesta celebrada en un Cortijo Andaluz, donde hay una juerga de gitanos que se baila y se canta “El Polo”. Es la primera reunión flamenca de la que se tiene conocimiento, donde se sacan a relucir palos que forman parte del flamenco actual.
Sin ánimo de alargarme más en este capítulo, espero hayáis sacado las conclusiones oportunas que puedan aportar algo más de claridad a la etimología de la palabra Flamenco y a su entrada en escena al largo de la historia. No cabe la menor duda que existen muchas más anécdotas, leyendas y comentarios que están basados en la tradición oral y no en la escrita, por tanto, no gozan de una credibilidad importante documentada y no hemos hecho uso de ellas.
Hasta el próximo.
Capítulo 2
Por Santiago Navarro
EL FLAMENCO COMO CULTURA A NIVEL MUNDIAL
Esperando hayáis pasado unas vacaciones maravillosas, si es que el Coronavirus os lo ha permitido, retomamos el ciclo de charletas o pequeñas conferencias en formato texto que iniciamos en el mes de junio de 2020.
Siguiendo el orden que establecí en el capítulo primero de esta serie, nos tocaría escribir sobre El flamenco como cultura a nivel mundial. Es bastante difícil de creer la gran relevancia que tiene nuestro flamenco fuera de nuestras fronteras. Pero así es, desde la creación del Instituto Cervantes en el año 1991 cuya sede está en Madrid dependiendo del Ministerio de Interior, todo lo referido a cultura española se divulga a través de este instituto en casi todo el Mundo, se imparten cursos de cultura flamenca al mismo tiempo que se da formación de nuestro idioma y también se divulga nuestra cultura en general.
Uno de los actos musicales de manifestaciones flamencas que despierta la atención de Europa, es la celebración de la Bienal flamenca de Sevilla en el año 1980. A esta cita acude multitud de público europeo llamado por la gran difusión que se dio a este evento a nivel de todo el continente. Así empieza Europa a interesare por nuestra música andaluza, haciéndola presente en los diferentes territorios.
Otro suceso que colaboró en gran medida a la expansión del flamenco por la vieja Europa, fue el nacimiento de los festivales de flamenco en España en 1960 aproximadamente. La vecina Francia es la que más interés ha tomado siempre por los temas flamencos. La proximidad no cabe duda, ha provocado el crecimiento de la afición por estas manifestaciones artísticas sobre todo por el sur del país.
La capital gala, es una de las ciudades mundiales del flamenco, incluso por delante de muchas provincias Españolas y gracias al interés demostrado por este tipo de cultura, cuenta con multitud de teatros y espacios para este tipo de convocatorias. El festival más destacado, es la Bienal de Arte flamenco de Paris, surgida en el año 2013 con un éxito rotundo que justifica el crecimiento del espectáculo en las siguientes ediciones. Paris también cuenta con el Festival de La Villette, celebrado cada dos años y donde en solo tres tardes se concentran las primeras figuras del flamenco para llevar este arte a todos los interesados por esta manifestación musical. Otra cita para los amantes franceses del flamenco, es El festival de Arte Flamenco de Mont-Marsan, que tiene sus inicios el año 1989 y cuenta con una semana completa de duración, vigente en la actualidad en todo su esplendor. El festival ha centrado sus actividades en el Café Cantante, formato de espectáculo que nace en España a mediados del siglo 19, sirvió para sacar el Cante flamenco de los entornos familiares y darlo a conocer al público en general. Este festival ofrece también a los asistentes, la posibilidad de disfrutar de espectáculos y exposiciones en diferentes puntos de la Ciudad. En Francia también existen citas flamencas de gran relevancia, me quiero referir a las ciudades de Nimes y Marsella que desde el 2005 celebran sus festivales de flamenco con carácter anual.
No solo en Francia existe el interés por nuestro flamenco, cruzando el Canal de la Mancha, también tenemos en Londres un festival de los más longevos de Europa. En el año 2019, se celebró su 16ª edición del Festival Flamenco de Londres. Participaron artistas consolidados dentro del marco de nuestras primeras figuras y también se dio paso a jóvenes promesas en las que está depositado el futuro de esta manifestación musical. En el Reino Unido también se celebra desde 1986 Brighton Arts Festival de flamenco. A partir de 2004 en el mismo lugar, con periodicidad anual, tiene una cita importantísima la gran Cumbre flamenca.
El viejo continente sigue interesada por nuestro flamenco en muchas capitales Europeas, por no extenderme demasiado mencionaré solo algunas antes de cambiar de territorio. En Suiza (Ginebra) tenemos manifestaciones flamencas desde el año 2005. En Alemania (Berlin) desde 1996 se celebran citas flamencas con un éxito fabuloso. Sin salir del País también tenemos con carácter anual festivales flamencos en Dusseldorf, sus inicios datan de1999, también existen grandes eventos flamencos anuales en Dresde y Hamburgo desde 2003. Holanda también está interesada por nuestras manifestaciones cantoras. En Ámsterdam se celebra cada dos años el Flamenco Bienal de los países Bajos, este festival viene existiendo desde 2006.
Saltamos al continente americano para informaros del arraigo que tiene el flamenco en esta tierra. Entre Nueva York y España hace más de siglo y medio que se estableció un puente cultural para esta expresión artística. Los primeros viajes de Andalucía al nuevo continente para dejar muestra de nuestro arte, datan de 1830. Una compañía de baile bolero pasea por el continente los Jaleos de Jerez, las seguidillas y otros bailes y cantes de la época. En 1840 la prensa cubana refleja la actuación en Nueva York de la bailaora vienesa Fanny Eissier presentando el Baile Español y los jaleos de Jerez. Así figura en el Diario de La Habana del 6 de Marzo de 1840.
En el siglo XX (siglo de oro para el flamenco), América se enamora de la bailaora Antonia Merce “La Argentina” y su paisana cantora y bailaora Encarnación López “La Argentinita”. En 1940 llega para quedarse nuestra famosa bailaora Carmen Amaya. El flamenco en todas sus manifestaciones impregna el territorio de nuestro arte. Agustín Castellón Campos (Sabicas) acompañante habitual de la pequeña bailaora catalana, llegó a ser pareja de hecho de la diva en tierras americanas. Además de ofrecer espectáculos por los cuatro puntos cardinales, también se dedicaron a la enseñanza del baile y toque de guitarra.
Por América han desfilado con carácter de fijeza las máximas figuras del baile, toque y cante del elenco español. Me estoy refiriendo a Vicente Escudero y su baile vanguardista, Antonio el bailarín, Antonio Gades, El Guito, Pilar López, Rafael de Córdoba, Mario Maya y una larga lista que sería imposible mencionar entera en estas líneas. No podemos olvidarnos de la primera actuación de nuestro Paco de Lucia a la edad e 14 años en esa tierra. Con el tiempo, Paco creó escuelas para el aprendizaje de la guitarra quedando su peculiar idiosincrasia inmortalizada en América. En la corta vida de Camarón, aun le dio tiempo a pasar por los escenarios americanos y darse a conocer a este público. Todos estos artistas y muchos más que no he mencionado, dejaron plasmado su arte además de las actuaciones presenciales, en escuelas abiertas para el aprendizaje y difusión del flamenco al público en general.
En la actualidad, los americanos tienen una plataforma internacional para divulgar el flamenco en el mundo. Su misión es, promocionar y difundir la riqueza y variedad del arte flamenco, desde el más tradicional a la propuesta más vanguardista. Me estoy refiriendo al “Flamenco Festival on tour”. Esta asociación fue creada en 1996, posee 242 instituciones para ofrecer cursos de flamenco. Ha paseado espectáculos por 101 ciudades y 53 teatros. Han actuado más de 129 compañías con 1225 muestras diferentes y han disfrutado de sus actuaciones más de 1,6 millones de espectadores. Estos datos nos pueden dar una idea de lo que significa el flamenco a nivel cultural en el continente americano.
En Japón, la segunda patria del flamenco, se despierta el interés por el flamenco a finales de los años 20, exactamente en 1929 con el estreno en la ”isla del sol naciente” la película “El Amor Brujo y Andalucía”. Con motivo de su promoción, la bailarina Antonia Merce “La Argentina”, estuvo por el país presentando este arte a una sociedad conocida por su frialdad y carencia de expresión de sentimientos. Después de la segunda Guerra Mundial es cuando verdaderamente se expande el flamenco en Japón, debido al resurgimiento económico que tuvo este país entre los años 50 y 60. A pesar de la distancia existente y la diferencia de mentalidad que hay entre España y Japón, el flamenco ha calado en esta tierra isleña, dando lugar a la existencia de más 650 academias de flamenco. La implicación del gobierno del país en este arte, ha propiciado la creación de dos federaciones a nivel nacional. Una de ellas solo y exclusivamente para universitarios. Están implicadas en el proyecto las 10 universidades Niponas más importantes del país. La otra federación es para el público en general. Los japoneses han encontrado en el flamenco una manera de liberación, de poder expresar sus sentimientos y las mujeres, mucho más interesadas que el hombre por este arte, representan el 80% de sus adeptos. Estamos hablando de un país que está a más de 15000 km de nuestra España. Creo que hemos llegado bien lejos con nuestra cultura flamenca.
Con la isla nipona terminamos el recorrido de la cultura flamenca por el mundo, esto no quiere decir que no existan otros países además de los comentados, donde el flamenco ha fructificado de forma importantísima. No hay que olvidar México y Sudamérica que sacaremos a la palestra en otra ocasión. Espero no haber sido demasiado pesado en cuanto al contenido, me he dejado en el tintero bastante información que podría ser interesante, pero lo mucho cansa y con esta documentación creo que os daréis una idea bastante real, del interés que hay en el globo terráqueo por la cultura flamenca.
Hasta la próxima.